Histórica
031
Abril de 2007
Por Carlos Eduardo Jalife Villalón
Jim Clark, el
escocés volador
Hay pocos pilotos
que pueden aspirar al título del mejor de todos los
tiempos y el escocés volador es uno de ellos. Nacido
en 1936 como único varón de una familia granjera
del sur de Escocia, Clark empezó a correr por pasatiempo
y salió tan bueno que pronto se integró al
equipo de Border Reivers para defender los colores de Escocia.
Aunque lo firmó Aston Martin para la F1 en 1960,
el auto nunca se construyó y Lotus, de Colin Chapman,
lo contrató. En 1962 ya era el piloto más
dominante y para 1963 tenía su primer título,
que refrendó en 1965 además de ganar las 500
Millas de Indianápolis con un auto de motor trasero
por primera vez en ese mismo año.
Tenía un estilo neutro de manejo, desgastaba igual
las llantas delanteras que las traseras y ganó, en
1965 cuatro grandes premios con el mismo juego de Dunlops,
testimonio de su manejo preciso, siempre en línea
sin sobre o subviraje excesivo. Y también destacó
en autos Sport como Jaguar, Aston y Lotus, y en todo tipo
de turismos como Ford Cortina, Anglia y Galaxie; en su único
rally iba batiendo al legendario Roger Clark hasta que se
salió en un bosque y dañó el auto.
Tenía control inigualable sobre el auto lo que determinó
su estilo de manejo que consistía en obtener la Posición
de Privilegio, salir en punta y alejarse desde el principio,
ganando con la Vuelta Rápida para lograr la tradicional
triple corona (PP, VR y triunfo). Pero afuera de la cabina
era un campesino tímido que se mordía las
uñas hasta la raíz.
Aunque Jim dominó la F1 de 1962 a 1967, incluyendo
tres victorias en el GP de México (1962, 1963 y 1967),
donde se convirtió en un ídolo, diversos problemas
técnicos lo hicieron perder más campeonatos
de F1: en 1962 en la última carrera; en 1964 en la
última vuelta en el GP de México, precisamente;
en 1967 por las fallas del nuevo motor Cosworth, que debutó
con una victoria en manos de Jimmy en Holanda ese año.
Pero todo parecía a haber quedado atrás cuando
rompió en enero de 1968 el añejo récord
de Juan Manuel Fangio de 24 victorias en la F1 y unos días
después manejó por vez primera un auto pintado
con los colores de un patrocinador en vez del tradicional
verde que caracteriza a los equipos británicos (British
Racing Green); con el rojo, blanco y dorado de cigarros
Player’s ganó la serie Tasmania y regresó
a Europa a la controversia.
Jimmy tenía un contrato verbal para correr en la
BOAC 500 del campeonato mundial de marcas con un Ford P68
del equipo de Alan Mann, pero este nunca le habló
y Jim se comprometió con Lotus a la prueba de F2
ese mismo día en Hockenheim. Los entrenamientos fueron
pasados por agua y el Lotus nunca quedó a punto,
por lo que todavía la mañana del domingo 7
de abril, Jimmy y los mecánicos lo empujaban en los
fosos tratando de curar un problema de encendido, mientras
otros pilotos dormían.
La carrera fue mala, con lluvia pertinaz, bruma en el ambiente
y Jimmy en el pelotón sin potencia para competir
por la punta. Una llanta empezó a desinflarse y Jim
controló los coletazos que atribuía a la pista
mojada, pero al salir de la primera chicana y acelerar el
auto se fue para el otro lado y ni la habilidad suprahumana
de Clark pudo evitar el choque contra los abetos y pinos
que rodeaban la pista, a 160 kilómetros por hora.
Murió en forma instantánea y con él
un pedazo del deporte, que años después sigue
debatiendo quien es mejor de la historia, si él o
Fangio o Senna o Prost.
© CEJV/SHRAC 2007
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