Histórica
018
Noviembre de 2005
Por Carlos E. Jalife Villalón
Jo Ramírez,
Un Campeón del Otro Lado del Riel
El deporte del
automovilismo en México ha contado con nombres verdaderamente
legendarios como los hermanos Rodríguez; sin embargo,
hay un hombres de nombre poco conocido para el gran público,
pero reputados y respetados a cual más por su trabajo
del otro lado del riel, del cual depende el resultado del
piloto. Su nombre: Joaquín, más conocido como
‘Jo’, Ramírez.
Jo Ramírez es la persona con más larga trayectoria
en de trabajo en la historia de Fórmula 1, pues empezó
en 1962 y se retiró en el 2001, 40 años de
carrera yendo del más bajo al más alto nivel.
Jo nació en México cuando el mundo se debatía
en la II Guerra Mundial, pero nuestro país estaba
aislado del conflicto. Segundo de 8 hermanos de una familia
de clase media, Jo creció en un México tranquilo
de mitad del siglo pasado pero desde pequeño tuvo
atracción por los autos. Quizás fue el ejemplo
de su padre –quien mantenía el auto particular
impecable, tanto que no le permitía al chofer asignado
a él que lo manejara- lo que hizo que Jo se enfocara
a los autos que después de la Guerra empezaban a
avanzar a pasos gigantes tecnológicamente.
Jo sintió el gusanito de la competencia desde su
adolescencia y en su historia hay algunas participaciones
discretas en karts, los pequeños bólidos con
motor de podadora que empezaron a ser la sensación
automotriz a fines de la década de los cincuentas.
En una de sus incursiones, Jo estuvo frente a frente en
la pista con los Hermanos Rodríguez y aunque no destacó
–nadie destacaba junto a los Rodríguez a excepción
de Moisés- se hizo parte del grupo de seguidores
de Ricardo, a quien Jo idolatraba según confiesa
su madre.
Jo siempre quiso imitar a Ricardo pero la situación
familiar no era tan boyante como para mantener a un prospecto
de piloto internacional con el costo que esto implicaba
y cuando terminó la preparatoria Jo entró
a estudiar Ingeniería mecánica a la Universidad
nacional. Mientras tanto los Rodríguez empezaban
a internacionalizarse y cada vez estaban más tiempo
fuera de México corriendo con mayor éxito
cada vez en las pistas extranjeras. Jo explica: “La
pasión de mi vida fueron siempre los automóviles
y las carreras y como estudiante de Ingeniería Mecánica
no veía de cerca a este mundo del motor, así
que decidí irme a Italia ya que en esa época
era el alma del automovilismo”.
En 1962, Jo se fue a Europa en barco a perseguir su sueño.
Juntó sus ahorros y se decidió a emprender
el viaje a Italia, donde Ricardo ya era miembro del equipo
de Fórmula Uno de Ferrari. Llegó a Europa,
paseando un rato antes de ir a Italia y ahí se presentó
con Ricardo. El astro mexicano lo ayudó a conseguir
un puesto como ayudante “B” (ve por las herramientas....)
en el equipo e inclusive le prestó algún dinero
para que alquilara una habitación, casi un closet,
en un hotel de Módena. Jo recordaría después
que “Ricardo por medio de su carrera y de sus competencias
en Europa, estaba bien relacionado y ofreció ayudarme
a comenzar mi carrera”.Sin muchos mexicanos en las
inmediaciones de Maranello, Jo se convirtió en el
amigo de Ricardo y pronto también hizo buenas migas
con Juan Manuel Bordeu, el protegido de Fangio, además
de los otros pilotos de Ferrari como Phil Hill, Lorenzo
Bandini y Giancarlo Baghetti. Ricardo tenía diversas
ofertas para el 1963, pero cuando regresó a México
para el final de la temporada de 1962, prometió a
Jo que se lo llevaría de mecánico a donde
fuera.
El destino intervino y Ricardo perdió la vida en
México en noviembre de 1962, lo cual dejó
devastado a Jo: “Profesionalmente no podría
ya seguirlo en su carrera, que en aquel entonces era muy
probable que Ricardo substituyese al gran campeón
sin corona Stirling Moss en el equipo de Rob Walker, y yo
iría con él. Emocionalmente, por meses quedé
destruido por la pérdida, fue grandísima como
amigo y como exponente del automovilismo mexicano”.
Después de un tiempo en Ferrari, Jo decidió
irse con el equipo Maserati de autos Sport, que regenteaba
el estadounidense ‘Lucky’ Casner y no le satisfizo
la experiencia pues añoraba la Fórmula Uno.
Pero luego vino una oferta para empezar a trabajar en la
naciente fábrica de autos de Lamborghini y Jo emigró
a la que luego sería la rival de Ferrari en autos
deportivos de calle.
Pero las competencias seguían en su mente y Jo regresó
a las pistas con el equipo de Ford que empezaba a producir
en Inglaterra el famoso proyecto GT40 y ahí conoció
bien a Dan Gurney, uno de los pilotos que ponían
a punto el automóvil de la clase Sport. Dan le ofreció
trabajo de coordinador de mecánicos en su naciente
equipo All American Racers, AAR, que se quedó con
la base de operaciones de Ford en Slough cuando estos decidieron
seguir el proyecto en América. Con Dan regresó
a la F1 y le tocó estar a su lado en los momentos
en que el Eagle cruzó la meta vencedor en Bélgica
1968. También fue la primera victoria de un piloto
de Jo en el máxima categoría, pero los triunfos
no siguieron y al agitarse sus fondos, Dan decidió
recuperar sus raíces en Santa Anita, California ,
y Jo cruzó el charco con él para hacerse cargo
de las operaciones de los autos que competían en
las categorías TransAm, CanAm e Indy, en todos los
cuales fue extremadamente exitoso el equipo AAR con sus
chasises Eagle.
Para finales de 1970, con la presión de la añoranza
de sus esposa por la vida en Inglaterra, Jo buscó
empleo en un equipo de las Islas Británicas, y se
reencontró con la gente de John Wyer que había
dirigido el proyecto de Ford en el GT 40. Ahora tenían
el poderosos Porsche 917 que manejaban como equipo oficial
y Jo fue aceptado como uno de los mecánicos, en el
equipo en el cual corría Pedro, el hermano de Ricardo.
Jo volvió a ver a Pedro pero no le asignaron a su
auto pues el jefe de equipo David Yorke no quería
tener a ‘dos locos mexicanos’ y Jo se pasó
la temporada 1971 con el auto de Siffert, mientras Pedro
conquistaba el bicampeonato mundial. Pero Pedro también
murió ese año, en una carrera un fin de semana
que había prometido a Jo ir a visitar su nueva casa,
y Jo emigró del John Wyer Automotive Engineering
al final del año cuando Siffert pereció en
Brands Hatch en otro accidente, de F1.
Para 1972 volvió a la F1 al unirse a Tyrrell, el
equipo del famoso director Ken Tyrrell en el cual corría
el recién coronado Jackie Stewart. Jo llegó
para trabajar con su coequipero Francois Cevert y aunque
ese año Emerson Fittipaldi los batió en Lotus,
para el campeonato de 1973 Jo consiguió su primer
campeonato con el escocés volador, aunque este se
retiró al final del año en parte por la muerte
de Cevert en Watkins Glen. Jo se quedó un año
más en Tyrell lidiando con el terrible Jody Scheckter,
pero en 1975 recogió un nuevo reto y se fue con los
hermanos Fittipaldi, con Wilson como piloto, a ser el director
de equipo recién formado Copersucar-Fittipaldi, con
el cual inició la aventura latinoamericana de un
equipo de F1. Emerson se les unió como piloto para
1976 y Jo permaneció un par de años más
en el equipo Copersucar batallando contra los grandes.
En 1978, surgió un nuevo reto y Jo fue encargado
por Don Nichols de refundar el equipo Shadow que acababa
de ser dejado en los huesos por la partida de sus integrantes
y hasta de sus planos para fundar el equipo Arrows. Jo rehizo
a Shadow y después de esa encomienda pasó
a dirigir ATS para el alemán Gunter Schmid, al cual
le aguanto todo hasta el berrinche famosos de Brasil cuando
el dueño rompió un alerón que el diseñador
había propuesto, pues no le gustó, y lo hizo
en los fosos brincando sobre el mismo. Jo le renunció
y se fue a dirigir al equipo Theodore del magnate asiático
Teddy Yip, incluyendo entre sus trabajos la negociación
de todos los convenios con la Asociación de Constructores
de F1 (la FOCA por sus siglas en inglés) con su equipos
y ahí dio muestras de su habilidad al lidiar con
los dueños de Brabham, Bernie Ecclestone, McLaren
–tanto Teddy Mayer como Ron Dennis quien se les unió
en 1981- como Williams del entonces completamente móvil
Frank. Sin embargo, Jo empezó a cansarse de estar
en los equipos chicos y decidió acercarse a Ron Dennis,
quien lo había invitado a unirse a McLaren International
un par de veces. Jo había conocido al líder
de McLaren, a fines de los 60, cuando éste trabajaba
con el equipo Cooper como mecánico de Rindt mientras
Pedro Rodríguez era atendido por otros auxiliares.
En aquel entonces, había comentado que Dennis estaba
destinado a un gran futuro por su entusiasmo y deseo permanente
de hacer las cosas cada día mejor, lo cual probó
ser profético.
Cuando Ron le habló a fines de la temporada 1983,
era obvio que la expansión de McLaren necesitaba
un coordinador de talento probado para permitirle a Dennis
enfocarse en la dirección del equipo, y de inmediato
llegaron a un acuerdo para que Jo se uniera para preparar
la campaña en 1984 con el recién llegado Alain
Prost. En ese entonces, McLaren tenía solamente 60
empleados en total – lo cual contrasta con los 400
que tenía a su cargo al final de su carrera con el
equipo rojiblanco vuelto negro-plateado.
Jo recuerda: “Mi titulo era Coordinador de Equipo,
que cubría una multitud de cargos, demasiados para
mencionar, pero básicamente planeaba nuestra participación
en pruebas y carreras, asegurando que autos, motores, gasolina,
llantas, pilotas, ingenieros y mecánicos se encontraran
en la pista indicada a la hora justa, al igual que llevar
las relaciones burocráticas con nuestros entes gobernantes
la Federación Internacional del Automóvil
y la entidad Formula One Management”, que bajo el
volante de Bernie Ecclestone controla el destino comercial
de la F1.
Para empezar en 1984, obtuvo el campeonato con su piloto
Niki Lauda ganando el equipo 12 de 15 carreras, y luego
repitió en 1985 y 1986 con Prost. Siguió la
llegada de Senna, con quien Jo alcanzó una relación
envidiable sin dejar de lado la excelente que tenía
con Prost y la gente empezó a identificar al mexicano
que le cargaba el casco a sus pilotos cuando estos terminaban
la carrera y llegaban al podio, lo cual sucedía con
extrema frecuencia. Pero esa era la parte más pública
de su trabajo, y además era confidente, motivador
y amigo de sus pilotos.
Vinieron algunos años de vacas flacas cuando Senna
dejó al equipo y Mansell fue demasiado ancho para
entrar al McLaren. Pero a fines de los años noventa,
Mika Hakkinen le dio el regreso a la cima al equipo y obtuvo
un campeonato en 1999 y cerró el siglo repitiendo.
Para el 2001 la aplanadora de Ferrari empezaba a mostrar
su nariz y Jo, un poco cansado de los viajes, de las funciones
que lo apartaban de las carreras, y cercano a los 60 años
de edad, empezó a planear el retiro. En su cumpleaños
recibió una Harley-Davidson por parte de sus pilotos
y pronto el secreto se filtró. Para el GP de Estados
Unidos en Indy en el 2001, Jo estaba por última vez
al cuidado de los autos de Mika y David Coulthard. De regalo
de despedida le tocó recibir una victoria más,
a cargo de Mika. Con esto completaba 479 Grandes Premios,
en los sus pilotos obtuvieron 116 triunfos, más que
el mismo Enzo Ferrari. Una marca difícil de igualar.
Y se trata de un mexicano, un exitoso hombre del deporte
que se ha pasado la vid del otro lado del riel guiando a
los grandes de McLaren, con cuyos nombres -Niki Lauda, Alain
Prost, Ayrton Senna, Michael Andretti, Nigel Mansell, Mika
Hakkinen y David Coulthard- siempre estará asociado.
Y Jo dice que el mejor piloto con el que ha trabajado en
el curso de su carrera “destaca sin duda Ayrton Senna
por su profesionalismo, por su tremenda habilidad como piloto
y la determinación ciega que tenia por triunfar en
el deporte que amaba. Sin duda el más grande hasta
su repentina muerte, desgraciadamente acaecida en la cumbre
de su carrera”.
Ahora se publica su biografía, ‘Jo Ramírez,
Mi Vida en la Fórmula Uno’ y Jo regresa a presentarla
siendo además el Grand Marshal de la carrera de la
serie de prototipos Grand Am en México con la cual
regresan a la ciudad capital los autos Sport que han sido
favoritos de México desde que los hermanos Rodríguez
incursionaron en Le Mans por vez primera en 1958. Un justo
el reconocimiento que se hace a la personalidad del gran
mexicano del otro lado del riel, finalmente profeta en su
tierra.
© CEJV/SHRAC 2005
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