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EL CAMINO MÁS DIFÍCIL DE ANDAR.
Estimados, inefables, etéreos, inconmensurables y fieles seguidores del olor a
combustible de alto octanaje y llanta friccionada.
En esta ocasión quiero platicarles de una peregrinación, peor que el rosario de
Amozoc, más difícil que ir a la villa de Guadalupe en rodillas. Seguro estoy que
sus maquiavélicas mentes peguntándose estarán ¿ Qué puede ser más difícil? La
respuesta para quienes estamos metidos en este ajo de las carreras de coches es
sencillísima... CONSEGUIR PATROCINIO.
Que cansado, duro, arduo, trabajo es gastar miles de horas y saliva queriendo
convencer a quienes tienen además la necesidad de publicitar su producto y prefieren
otros medios.
La historia, la conocemos, han sido en alguna otra ocasión, victimas de propuestas
falsas, engaños y mil y una triquiñuelas que han servido para cualquier otro fin,
pero no las carreras de coches.
Lógico la paciencia se agota y podrás verle la cara de huihue una ocasión a tu
patrocinador, la segunda ya no se deja. Esto sienta un precedente mortal. Por
que aquellos que si tienen profesionalmente la necesidad de recursos para cumplir
su cometido, se enfrentan a gente decepcionada, frustrada, traicionada y que no
quiere saber nada de carreras de coches.
Los justos pagarán por los pecadores... Sentencia Bíblica que se cumple al pie
de la letra en nuestro caso.
¿ Quién de vosotros no conoce de alguna historia o anécdota en que le vieron la
cara de huihue al patrocinador? Y ese recurso económico fue dilapidado en menesteres
por completo ajenos a nuestro deporte... Que el viaje de bodas, que el Porsche
911 para pasear a la guera, que el litle jet personal etc.
Saben ¿ QUÉ? No se vale, los que lo han hecho, correcto, ya lo disfrutaron, pero
¿qué nos dejan a quienes estamos en la brega de intento tras intento y nada de
nada?
De verdad yo quiero crear conciencia en aquellos cuya única intención es desaprovechar
el recurso para sus personales fines, y que lo mediten no dos ni tres veces antes
de sablear. Tienen que ser profesionales. Señores, se está llevando al traste
a nuestro deporte por culpa de malos manejos. Por culpa de promesas que no se
cumplen, por contratos falseados y sustentados en mentiras. Y que al final resulta
que el patrocinador, se siente engañado por que no se cumplieron sus expectativas.
Le ofrecieron oro y le dieron carbón.
Los carbones son otros... Y esa especie debe ser la que tenemos que pugnar por
que se extinga. Son alimañas que deberían ser pisoteadas y públicamente escarnecidas.
Y colgar su cabeza en una de las esquinas de la alhóndiga de granaditas.
Tan bonito que sería que en lugar de andar mendingando un apoyo, nos lo ofrecieran,
que los patrocinadores se pelearan por conseguir un espacio en nuestros autos
de carreras. Bueno casi, una historia de Aldox Huxley y su mundo feliz.
Leí ayer en el periódico REFORMA una nota de Adrián Fernández, en donde se queja
amargamente de que no hay una cultura de mercadotecnia en los autos de competencia,
y donde afirma que le falta un 10% de su auto, nada más 2.5 Millones de dolores,
perdón dólares. Si eso lo comenta nuestro máximo exponente de este inenarrable
vicio, ¿qué nos puede deparar el destino a nosotros pobres mortales que estamos
tan alejados del olimpo?. 2.5 Millones de verdejos billetucos, con eso, en nuestro
adorado Mexicalpan de la Tunas, hacemos 10 temporadas de fórmula 3 Internacional
y todavía nos damos el lujo de patrocinar un par de Reynards. Y con unas edecanes
que para que les cuento...
Así pues las cosas, seguiremos implorando a San Charbel, que nos haga el milagrito,
él es el abogado de las causas difíciles. Ninguna más difícil que esta. Ya hasta
le ofrecí porcentaje, y les aseguro que cumpliré otorgando ese beneficio a gente
de verdad necesitada, nuestros pilotos mexicanos.
Ahora bien, por parte de nuestras autoridades deportivas ya no se puede pedir
más, el que el gasto que se haga, se deduzca de impuestos, es un beneficio enorme.
Y ni así los grandes empresarios quieren entrarle, prefieren buscar oportunidades
en el extranjero por que el rebote publicitario es infinitamente mayor.
Gran parte de esta culpa también la tienen nuestros amados reporteros locales,
que no dan paso sin guarache, es decir si no se mochan, no hay reportaje. Eso
tampoco se vale, hay que darle al cesar lo que es del cesar y a los extranjeros
lo que de ellos es. ¿ Que necesidad de andar publicando lo que se hace fuera de
casa, cuando en la nuestra no hay frijoles?. Y es por la falta de promoción, además
una pizquita siempre hay de donde. Pero que sea pizquita, no quieran la pierna
y todo lo demás.
Bien adoradores del gas avión, atiborrados de fiérros y sonidos estereofónicos
producidos por la sinfonía del mejor instrumento hecho por el hombre, los headers,
les dejo esta reflexión para que la disfruten y compartan un poco conmigo la enorme
frustración de tocar puerta tras puerta y recibir un NO.
Les juro que en mi vida de vendedor es el mayor reto al que me he enfrentado,
ni los vendedores de intangibles sufren como un promotor queriendo conseguir patrocinio
para su piloto.
Si no fuera por el sabor tan especial que nos dejan las nenorras en sus diminutas
falditas para saborear el chamorro y su duplicidad de facultades superiores y
el adrenalinazo de la bandera de cuadros, ya hubiera mandado a volar este vicio
desde hace mucho tiempo.
Pero cada mañana que inicia y veo en el taller el formulita y sus componentes,
lo único que me digo, es: Gracias Dios Mío, por permitirme estar metido en este
ajo.
Hasta la próxima.