El
tiempo transcurre lentamente y en nuestras mentes se empieza a
olvidar que en la máxima categoría del automovilismo
mundial intervinieron cuatro pilotos mexicanos, no todos juntos,
el primero de ellos fue Ricardo Rodríguez de la Vega, posteriormente
juntos para diferentes equipos corrieron Pedro Rodríguez
de la Vega y Moisés Solana Arciniega, desafortunadamente
encontraron la muerte en el deporte que era su pasión.
Ricardo falleció el primero de noviembre de 1962, en el
autódromo capitalino que hoy lleva su nombre y el de su
hermano Pedro, durante las prácticas con miras al Primer
Gran Premio de México, en un Lotus 25. Al morir contaba
con 20 años de edad y ocho meses y medio; posteriormente
también en esta ciudad en la carretera Valle de Bravo a
Bosencheve, en el Estado de México, con un McLaren Canam
del Grupo 7, tiene la misma suerte Moisés Solana, cuando
contaba con 33 años y siete meses; finalmente Pedro, en
un Ferrari prototipo, sufre un accidente en plena competencia
que se realiza en el circuito de Nurenberg, Alemania, para fallecer
cuando contaba con 31 años con cinco meses y medio.
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El cuarto piloto mexicano en correr dentro de la
Fórmula Uno, fue Héctor Alonso Rebaque, quien debutó
a la edad de 21 años con cuatro meses y dejó el gran
circo el 10 de abril de 1983, después de intervenir en la
Carrera de Campeones, disputada en el circuito de Brands Hatch,
Inglaterra, donde participó con un Brabham-BMW; ahora a 20
años de distancia, no hemos sido capaces de apoyar al piloto
que nos regrese a Ligas Mayores, como lo dijera Moisés Solana.
Héctor nació el cinco de febrero de 1956, y desde
muy corta edad era llevado por su padre el arquitecto Héctor
Alonso Rebaque,(q.d.e.p.) a la pista de karts donde ambos jugaban.
Su progenitor practicaba este deporte de la velocidad de manera
profesional. Su hijo, segundo de tres hijos, realmente vivía
de su compañía. Nunca mostró interés
por los coches para ser como muchos. En cambio tuvo que ser enviado
a una escuela militarizada porque no era muy bien portadito.
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Después
de su regreso a esta ciudad y muy cerca de las fiestas navideñas,
se inscribió en un evento automovilístico especial
para pilotos novatos, donde siempre estuvo en su contra su progenitor,
por ser este un deporte de alto riesgo.
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Hizo su debut en la pista arenosa del estadio
Centenario de Cuernavaca, Morelos, donde obtuvo su primer
triunfo y de ahí siguieron más, con un Renault
5 totalmente de calle. Carro que no tenía preparador
como todos los demás participantes. Simplemente era
llevado después de una carrera a la agencia y ahí
le daban el servicio normal que le proporcionan a cada vehículo.
Su participación fue en aumento al grado de intervenir
en 48 competencias dentro del territorio nacional y sesenta
más en el extranjero, en ambos casos fue en diferentes
categorías, para llegar a recibir el ofrecimiento de
un Lord Inglés, con el fin de que condujera uno de
sus carros. Era el sueño, el anhelo de estar entre
los mejores del mundo, quienes momentos antes eran sus ídolos
y ahora se convertían en sus rivales deportivos. Héctor
debutó el 5 de junio de 1977 en la máxima categoría,
donde firmó por seis fechas con el equipo privado Hesketh.
En la temporada siguiente nació la escudería
mexicana, donde corrió con un Lotus y en 1979 el diseñador
John Barnard, contratado por Héctor hace el primer
monoplaza mexicano Rebaque HR-100, mismo que tomó parte
en dos Grandes Premios, en Canadá y Estados Unidos,
lugar en el que Rebaque anuncia su retiro de las pistas, después
de ser boicoteado por la Federación Internacional del
Automóvil (F.I.A.).
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Casi
a media temporada de 1980, con 24 años de edad y ya con experiencia
en Fórmula Uno, Bernie Ecclestone se sale con la suya y sube
al mexicano en el brabham número seis, al lado del brasileño
Nelson Piquet. Durante la temporada 1982, Héctor había
decidido quedarse abajo del asiento y ahora Dan Gurney (propietario
del equipo Eagle) lo pone a correr un March del equipo de Forsythe,
para tomar parte en las 500 millas de Indianápolis, donde
tuvo que abandonar la carrera en la vuelta 150 cuando marchaba en
el 13° lugar por incendiarse su motor cuando entró a
repostar combustible. Su participación fue de siete carreras
en Indy. Finalmente Rebaque, apoyado por Bernie, lo invita a tomar
parte en la carrera de campeones de Fórmula Uno en Brands
Hatch, el 10 de abril de 1983, fecha en que dice adiós definitivamente
a su carrera de piloto.
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Hasta
la próxima!!!
Su amigo
DABET MORALES
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