Vamos por partes. La Nascar Busch no llenó el autódromo capitalino, no, pero durante varios años las tribunas al final de la recta, ni siquiera se habían puesto a la venta, así como la número uno, frente a pits, que por falta de la adecuada isóptica y por no completar ni el 30% de ventas, se "adornaba" con una bandera tricolor gigante, Esta carrera rompió con eso por fortuna y aunque no se llenó el autódromo se veía bien, muy bien esa mañana fresca al principio, y que mas tarde, con el sol a pleno también colaboró a calentar, físicamente hablando, el ambiente. Por otro lado, estaba el atractivo de la "legión" de mexicanos participantes que era importante: ocho, sobresaliendo Adrián, Michelito, Goeters y claro, Carlos Contreras. Logrando calificar también, "el Roger" (Rogelio López), Germán Quiroga, Rubén Pardo y Toño Pérez Mendoza.

Bueno, las cosas pintaban bien y las carreras previas abonaron a ello. El sábado la de la Grand Am y temprano el domingo, la de la nueva Nascar México Corona Series (antes Desafío Corona), mejoraron todavía más el ambiente ya que se percibía una emoción contenida... se presentía algo importante, emocionante, suponiendo todos que sería algún campanazo de los mexicanos, principalmente de Adrián que lucía como posible ganador, lo mismo que Scott y claro Juan Pablo, los tres por conocer el trazo y los secretos de la Magdalena Mixchuca así como por no ser "ovaleros", al más puro estilo de nuestros primos del norte (Roitemann -que no Reuteman- declaró: ¡Nunca había visto tantas curvas ...juntas!).

Por ahí se paseaban artistas y personalidades y claro "El Chapu" (a quien tendré el gusto de entregarle el trofeo Corona -Televisa Deportes como el mejor piloto mexicano del 2006, elegido por votación, este domingo 11 de marzo -canal de las estrellas, alrededor de las 15:00 h.) y Chava Durán, así como varios reconocidos pilotos más. Esta nota no pretende ser la narración de la carrera (ya lo hicimos por Televisa, en vivo), sino que comentar algunas de las situaciones antes, durante y después del evento así como sus consecuencias. Hasta aquí lo previo.

Todos conocemos los resultados (pueden consultarse aquí, en sportcar.com, si no). Las acciones se dieron para que, analizando a fondo lo que les sucedió a nuestros con-nacionales, nos damos cuenta que tuvieron actuaciones realmente brillantes, anteponiendo el alma, aunque no con los resultados espectaculares que todos hubiéramos querido, como ellos saben y pueden hacerlo. Ni modo, las cosas no se dieron para ellos esta vez. Y lo que son las cosas, a Montoya sí se le dieron pero al revés: de lo mejor y de manera espectacular pues fue el actor principal durante la Nascar México 200. Para su calificación, el ya ganador en los 90´s en el Hnos. Rodríguez (Fórmula Nissan), dejó su auto listo pero a su jefe de equipo Brad Parrott, se le ocurrió moverle algo que parece ser, le quitó la "pole", arrancando de todos modos muy bien, detrás de Scott Pruett (con quien hace un mes ganó las 24 h. de Daytona, acompañados de Chava Durán) y de un sorprendente Carlos Contreras (2do), desde el tercer puesto, para tomar la punta el bogotano casi desde el inicio. Ahí se mantuvo hasta los ingresos a los pits, y fue en la segunda visita, faltando 35 vueltas que se presentó el problema, parece ser que con una abrazadera de la respiración de su tanque, que lo regresaron a la pista ¡pero sin la carga completa de combustible! Drama. Antes, se veía como seguro ganador pero, con otra visita a los pits, cayó hasta el sitio 20. Muy difícil parecía que le alcanzara el tiempo, ya que a esas alturas, con tan sólo 26 giros por delante, pudiera remontar tantos lugares. Es más, el podio parecía en sí, un logro. Pero las banderas amarillas que durante la primera mitad no se habían encadenado y que compactaban al contingente y el mejor auto y manejo sobre el asfalto del legendario autódromo capitalino , y al haber cambiado neumáticos en esa "entrada extra", provocó que el público estuviera atento a lo que se presentía; un cierre peleadísimo. Y de aquí nos vamos a la controversia. Pruett, líder, era constantemente informado a través de la radiocomunicación de los avances del colombiano, hasta que vio la gran estrella de Texaco sobre el cofre de Montoya que se le acercaba de manera implacable. Pienso que en ese momento, sicológicamente, el norteamericano estaba dominado. Pero iba a vender caro su liderato cuando Montoya ("Juan Pablo primero", le dicen en su natal colombia) intentara arrebatárselo. Nunca se acordó Scott que una de las virtudes del latino es su formidable control con llantas frías (o sin la temperatura ideal), ya conocida por todos desde sus tiempos en la Champ Car. Pruett, para mi, más que abrir la puerta, no la cerró oportunamente, abriendo la posibilidad de ser rebasado, dándose el contacto, el trompo y... la controversia (me recuerda los casos Senna- Prost). He escuchado a quien defiende a uno o a otro pero, en mi muy humilde opinión, fue el típico "incidente de carrera": uno, más rápido queriendo superar al otro y este no perimtieéndolo. Montoya, al quedar atravesado el estadounidense, lo libró con una buena reacción y triunfoó con su Dodge (llevándose 125,000 US dlls y casi el triple maás, en patrocinios). Pruett cerró quinto.