A veces
uno se harta de ver la falta de resultados en el deporte y
a mí me llegó el hartazgo hace tiempo con la
falta de un plan nacional de deporte, que por ley (y más
por lógica) debería presentarse al principio
del sexenio. Recientemente participé en unos fotos
de la Cámara de Diputados la respecto y les solté
lo que debería hacerse, en mi humilde opinión,
para igualar a los deportistas con otros grupos como los intelectuales
o los maestros o los equis de este gran sistema corporativo
que se llama México y para que los deportistas sean
ciudadanos de prior y no de segunda como sucede actualmente,
Y todo surgió de una sesión de ideas para ver
lo del Museó del automovilismo deportivo y se fue extendiendo,
así que por ello lo relato en esta columna.
Lo primero es que el deporte en México no está
recibiendo la atención que merece. En un sexenio marcado
por el deporte (2 Juegos Olímpicos de Verano, 2 Panamericanos
–incluyendo unos en Guadalajara–, unos Centroamericanos,
una Copa del Mundo de Futbol, más los eventos de menor
talla que se programen o consigan como el Mundial de Ajedrez,
etc), sigue sin haber un programa integral para detección
de talentos, y un programa sexenal. Quizás eso pasa
por poner a gente que no sabe de deporte al mando, pues no
es lo mismo meterle goles a otros ratones verdes que dirigir
un programa deportivo nacional.
Incluso, se podría argumentar que los deportistas somos
discriminados, no tenemos los mismo derechos que otros grupos
de intereses particulares como puede ser el que supuestamente
representa la cultura y las bellas artes, y lo que se pide
es una paridad con estos otros grandes grupos de población.
Como ejemplo, no existe constitucionalmente el rango del derecho
al deporte y si existen otros “derechos” como,
p.e. a la educación, a la salud, etc. y realmente todos
estos son partes del desarrollo integral de un individuo,
no se pueden aceptar unos sí y otro dejarlos de lado,
pues entonces el desarrollo es parcial no integral. En el
transcurso del texto irá viendo estos ejemplos discriminatorios
que le comento, que convierten a los deportistas en ciudadanos
incompletos o de segunda clase.
Además, el deporte es necesario para revertir la imagen
que está dando este sexenio de una batalla, con muchos
muertos y batallas dolorosas, cuando podía marcarse
por otras cosas como triunfos y héroes. Para cambiar
la percepción social que muestra a un presidente atacado
por los enemigos como los narcos y los políticos de
oposición que estorban más de lo que ayudan,
y con el ejército en las calles, el deporte puede ser
un gran aliado, pues sus programas caben dentro de las famosas
políticas públicas que han planteado como ejes
centrales del gobierno calderonista. Veamos:
? Combate a la obesidad, con el deporte
? Prevenir enfermedades, con el deporte
? Combatir las adicciones, con el deporte
? Combatir el narcotráfico, con el deporte
? Programa de obra pública, con el deporte (campos,
instalaciones, etc.)
Entonces, el apoyo al deporte debería ser prioritario
no como resultado secundario de ciertas políticas,
sino como política específica y abierta del
gobierno, pues además hay consenso al respecto y nadie
se puede a oponer al deporte como algo prioritario y bueno
para la nación. Por ello hay que tener como objetivo
volver un círculo vicioso de muerte y batalla en un
uno virtuosos de héroes y victorias, incrementando
además la práctica del deporte, lo cual redundará
en menos mexicanos ociosos ya que estarán entretenidos
con el deporte, con lo cual se combaten también los
vicios, adicciones y demás lacras sociales. Hay siete
propuestas concretas:
1. En primero plano, hay que recordar que existe una Rotonda
de las Personas Ilustres y no hay un solo deportista en ella.
O sea que el deporte no tiene cabida en lo que da brillo a
México, por la falta de liderazgo mientras en el caso
de los intelectuales, estos reclaman que sus muertos ilustres
sean reconocidos por la patria, o incluso de sindicatos actorales
que han conseguido que actrices de teatro (M.T. Montoya) hayan
ameritado su inclusión. Por ello he propuesto una Rotonda
de los Deportistas Ilustres (RDI), que iría íntimamente
ligada con los dos siguientes puntos. Esta Rotonda no debe
ser federativa (para no volverla cómplice de las preferencias
sexenales), y los atletas no pueden estar en ella hasta cinco
años después de muertos, para ver si realmente
su legado es histórico o no. Los integrantes de un
Consejo Consultivo del Deporte (CCD), uno por rama del deporte
(unos 80 calculo), serían electos por su conocimiento
y visión histórica en su deporte (por ejemplo,
en automovilismo tendría que ser alguien como yo –y
lo digo sin engreimiento– que conozca la historia del
deporte motor desde su fundación hasta su contemporaneidad,
y no crea que su palabra es ley como algunos emperadores;
seguramente en cada rama hay un experto similar) nombrados
de por vida (o incapacidad o renuncia), para evitar presiones
de inclusión de gente que no lo amerite. Este CCD haría
un proyecto de requisitos de admisión y se necesitaría
una votación de 2/3 o 3/4 para que un deportista fuera
aceptado en la RDI, además de los estatutos básicos,
que se añadirían a la Ley del Deporte como un
reglamento específico. Serían dependientes de
la institución federal rectora del deporte (CONADE),
pero en cargos honorarios, sin sueldo, pues no se trata de
crear otra estructura de burocracia deportiva, sino una meritocracia
de conocimiento deportivo. Y realmente en la RDI pertenecen
Ricardo y Pedro Rodríguez y Moisés Solana.
2. Salón de la Fama del Deporte Mexicano (SFDM), el
proyecto de la RDI debe llevar aparejado también el
reconocimiento en vida, para lo cual este mismo CCD elegiría
a los integrantes, con las mismas salvedades que se hacen
en los salones profesionales en Cooperstown, etc. Aquí
cada rama deportiva debe tener un listado de profesionales
que se dedican a impartir su conocimiento desde tribunas de
los medios o la academia y los respectivos miembros acreditados
de la rama votarían respecto a los deportistas propuestos
en su área, pero el CCD sería el que los aceptaría
en votación de mayoría simple. Los reglamentos
específicos serían adecuados igual que en el
punto anterior Y aunque hay unos salones de la fama parciales,
por ejemplo el de deportistas olímpicos, ¿qué
pasa con los deportistas como Hugo, Lorena, Nájera
y otros cuyos deportes no son olímpicos o nunca pudieron
estar en ellos porque no calificamos o destacamos? Este debe
ser EL Salón de la Fama del deporte Mexicano sin distinciones,
desde la A de arquería hasta la W de waterpolo incluyendo
todos los exponentes que lo merezcan en las especialidades
deportivas. Y obviamente Pedro, Ricardo y Moisés deberían
estar en el SFDM, además de algunos otros grandes.
3. Museo del Deporte Mexicano (MDM), aquí se vendrían
a cristalizar los dos incisos anteriores, pues se haría
algo conjunto para que la sede del Museo también tuviera
el Salón (SFD), que podría ser algo así
como el vestíbulo principal con un exposición
de los atletas (+entrenadores, cronistas o incluso dirigentes)
con su nombre en letras de oro y una foto en placa metálica,
tipo las de los Salones similares en el mundo) y en los jardines
que rodean el Museo se instalaría la Rotonda (RDI).
Aquí tendría que existir un auditorio de usos
múltiples, niveles varios, una biblioteca del deporte,
un cine IMAX para cuestiones deportivas, y las salas de exhibición
permanentes, por áreas, y temporales, para la actualidad.
Se necesitaría un patronato similar al del Museo del
Niño, con representantes gubernamentales por puesto
(el director de CONADE, por ejemplo) no por persona, además
del CCD y un equipo pequeño de expertos museográficos
que consultaran con el CCD acerca de lo que amerita estar
y que se debe buscar. El lugar ideal, contando que la ciudad
de México es el centro real del país y Chapultepec
su centro de reunión y esparcimiento, la situación
ideal del museo sería el campo deportivo que se usa
dos veces al año junto al Auditorio, o sea el Campo
Marte. Es una extensión vasta, no hay que derribar
árboles ya que es un campo de polo; es una instalación
deportiva que ha sido superada por falta de uso y no tiene
valor militar estratégico (y además empieza
a simbolizar los problemas de las batallas y muertos al ser
usado para pasar revista a las fuerzas armadas y para el funeral
de los servidores públicos muertos recientemente en
el avionazo de Reforma, por lo que hay que recuperar su esencia
deportiva) Y ayudaría en el proyecto de obra pública
que se ha planteado para aminorar los efectos de la crisis
económica mundial. Es necesario, incluso urgente, el
MDM. Por ejemplo el auto de fórmula Uno del equipo
Rebaque, HR-100 debería ser uno de sus grandes tesoros,
y habría posibilidad de adquirir otros más.
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4. Existe
un canal cultural, el 22 para ser preciso, y sin embargo no
existe un canal deportivo similar y no me refiero a lo que
nos pasa la televisión comercial, que tiene muchos
enfocados al espectáculo pseudodeportivo como las luchas
y al futbol, pero no hay nada donde se aprecie el deporte
amateur en su diversidad. No se está pidiendo algo
fuera de lo común, simplemente un trato igual al que
se les da a los grupos corporativos culturales. De otra forma,
¡quien va a saber que existe la pelota mixteca, que
tenemos campeones mundiales de frontón y badminton
y squash, que hemos destacado como veleristas, que hemos tenido
medallas olímpicas en tiro (y en esgrima y en….)?
Existe una gran diversidad de deportes que se practican y
bien en México y la televisión comercial simplemente
los ignora. Así como se hizo un proyecto de estado
para un canal cultural, debe hacerse uno para un canal deportivo
amateur. Transmitir series e karts entre otras para que la
gente sepa quienrs son los futuros estrellas del automovilismo
mexicano.
5. Dentro de esta misma tónica, la historia del deporte
debe ser rescatada. Yo lo he hecho en mi campo con ayuda de
la gente de la Scuderia Rodríguez, pero seguro que
hay historias que se están perdiendo, como la Escuela
Mexicana de Equitación, que nadie sabe sus orígenes
y demás y ni los militares la han rescatado) o sea
la historia del Gral. Mariles y sus acompañantes en
las justas internacionales con su posterior desarrollo hasta
nuestros días. Todo esto podría devenir del
patronato del Museo que apoyado en el CCD pudiera definir
las áreas de enfoque, y tener un grupo de investigadores,
por contrato, no burocracias ni becas como en el sector cultural,
que se enfocaran diversas disciplinas. Todo esto se reuniría
en las bases de datos que se podrían consultar en la
biblioteca del MDM, junto con los acervos especializados que
tiene la CONADE para instrucción y hacer un programa
de consulta con los diversos entes estatales y escuelas dedicadas
a enseñanza deportiva, llámese ESEF, Universidad
del Fútbol, etc. Y ya hay un proyecto nuestro que arrancó
con la biografía Los Hermanos Rodríguez, así
que no cuesta mucho seguirlo ya que hay un momento inercial.
6. Y, probablemente mucho de lo anteriormente planteado deriva
de un gran problema, también discriminatorio, que son
las afamadas exenciones de donativos que no cubren el deporte
como una de las actividades prioritarias en la nación.
Existe, por ejemplo, el artículo 226 en la Ley de Fomento
Cinematográfico para apoyar la inversión en
este rubro y, sin embargo, no hay una cuestión similar
en la Ley del Deporte, lo cual manda el mensaje de que el
cine es más importante que el deporte y eso no es,
ni debería tomarse como, cierto. Y la actitud de la
SHCP para apoyar a las nuevas ACs o SCs, incluso SAs que puedan
recibir dinero para aplicarlo en la construcción de
infraestructura deportiva (no comercial) y de actividades
relativas al mismo (como el Museo por ejemplo), ha sido francamente
difícil. Sí las AC, SC o SAs están registradas
y reguladas en el área que rige la actividad deportiva
(CONADE), Hacienda no tiene por qué negar las posibilidades
o exigir pago de contraprestaciones absurdas cuando lo que
se trata es de canalizar el dinero hacia el apoyo al deporte.
Hay que ver el ejemplo de España, donde se pasó
de ser un país con menos medallas que México
(Juegos Olímpicos de 1968) a una potencia deportiva
y donde hasta los individuos tiene oportunidad de aportar
individualmente recibiendo una compensación impositiva.
Y la respuesta de Hacienda es la misma para todo, un mantra
de: “se cae la recaudación”, pero sin mostrar
los números, y sin permitir que la contraparte presente
los propios para demostrar como la inversión termina
de todos modos con saldo impositivo favorable por otros medios
y adicionalmente están los beneficios intangibles de
salud, ocupación, aprovechamiento del tiempo libre
y demás, que no son cuantitativamente mesurables en
pesos y centavos. Es urgente moderar los instintos naturales
del SAT para permitir que el dinero fluya al sector deportivo.
7. Otro punto sería embellecer la ciudad (es) con estatuas
de los héroes que se seleccionen. Es increíble
que haya más proyectos para una estatua de Chespirito
que una de, por decir uno, de un Joaquín Capilla, cuyo
nombre debería llevar la alberca del CNAR, por ejemplo.
Las instalaciones olímpicas fueron nombradas por los
Niños Héroes, pero creo que se deben aprovechar
los catálogos de héroes deportivos para esas
cuestiones, creando conciencia y ejemplos a imitar, ejemplos
que alejen a la juventud de tareas ociosas y muestren que
el deporte puede ser el camino. Otra vez, vamos a exaltar
los héroes deportivos, no lo militares que tienen una
connotación distinta, de miedo y no de alegría.
Y aquí aplica una estatua de los hermanos Rodríguez
en la zona de Polanco donde vivieron.
Un detalle que es necesario contemplar es que en México
el deporte nacional es avasallado por el fútbol una
disciplina que tiene los intereses comerciales detrás
pese a nuestra reiterada nulidad competitiva en el mismo.
Es necesario que este proyecto no lleve agua a los abrevaderos
del futbol; es para el deporte de México que no es
futbol y es inmensamente más exitoso en su competitividad.
De hecho, no se debe incluir mucho futbol (porque los resultados
no lo ameritan, no por discriminación) en el SFD, MDM
y RDI, solamente ejemplos impecables de triunfadores como
Hugo Sánchez (no como entrenador, aclaro), hombres
récord como Antonio Carbajal y algún equipo
como la Sub17, pero no ensalzar a “figuras” que
cobran por (mal) jugar y nunca han ganado algo de importancia
para México. El deporte no es el futbol, los mexicanos
somos mucho más que eso; no queremos que se use esto
para vender, sino para crear conciencia e identidad y como
tal, tenemos que mostrar ejemplos triunfadores, no perdedores
sempiternos como los futbolistas mexicanos. Además,
en Pachuca, ya está construyendo un Salón de
la Fama del futbol, por lo que no hay que mezclarlo en esto.
Y para el automovilismo se me ocurren ideas específicas
como que este proyecto amplio y ambicioso, debería
ser apoyado por una institución como PEMEX, que en
lugar de estar anunciándose en torneos de golf, bien
debería apoyar al deporte emanado directamente de su
producto principal en su monopolio, o sea, el automovilismo.
Hasta donde recuerdo los carritos de golf ni gasolina usan.
Y los circuitos deberían ser usados para los exámenes
de manejo de las licencias de conducir (los cuales deberían
reestablecerse y volverse obligatorios pues es hartante tener
que competir con millones de idiotas con autos que no tienen
idea de lo que es manejar porque recibieron su licencia por
el hecho de pagarla) para así tener un flujo de ingresos
constantes y eso permitiría que cada estado tuviera
uno, o más si se necesitan. En fin, son dos ideas específicas,
pero si no empezamos desde lo general a movilizarnos para
que se nos tome en cuenta como deportistas, seguiremos padeciendo
la dictadura del ineficaz panbol como ejemplo de nuestro deporte
y no podemos quitarnos esa etiqueta ratonil que nos cubre.
Y así terminamos el 2008: ¡Feliz Navidad y Próspero
Año 2009 a todos los lectores y amigos!
© CEJV/SHRAC 2008
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