El fin
de semana pasado en México evidenció todo lo
que tiene nuestro deporte de mal, y no me refiero al chiste
ese que son los panboleros y sus pseudoárbitros que
no dan más que para risas. No, hablo de que tuvimos
tres eventos importantes en un mismo fin de semana en la capital
de la república: Champ Car, panamericana y Classic
Show. Y, además, hubo Desafío Corona en Puebla,
así que la agenda automovilística nacional estuvo
muy completa y complicada.
Realmente no entiendo como programan el Desafío el
mismo día que una carrera internacional a 120 kilómetros
de distancia, pues no hay forma de que pueda competir uno
con otro e, incluso, los patrocinadores que van a todas, como
son los de Telmex, que tenían en Puebla a sus equipos
de autos stock, en México a David Martínez debutando
en Champ Car, en la Panamericana a Jo Ramírez corriendo
en la Histórica A., pues se molestan porque los obligan
a partirse o tener que elegir el evento que les atraiga más.
De la prensa, pues ni hablemos, evidentemente van a preferir
algo internacional a una carrera nacional y si verifican la
cobertura de los periódicos verán que el Desafío
prácticamente no tuvo nada, pues además también
competía con la A1GP desde China.
Lo de la Panamericana es entendible puesto que ellos pusieron
la fecha para que no coincidiera con Champ, pero estos la
movieron hace un par de meses para que no les tocara el ‘puente’
del Día de Muertos, y por eso se juntó, pero
cuando menos vimos la etapa de velocidad en el Autódromo
Hermanos Rodríguez con los autos históricos
y se resolvió el problema.
Pero del Classic Show, realmente nadie sabe y nadie supo,
cuando era une evento muy interesante con apoyo de la propia
casa matriz de Porsche en Zuffenhausen. A mí me tocó
dar un par de conferencias ya que venía el Porsche
908/03 de Pedro Rodríguez, mismo chasis que usó
en 1970 y 1971 en la Targa Florio y en 1970 también
en los 1000 Kilómetros del Nürburgring.
Además, Porsche mandó un 911GT1, el que ganó
las 24 Horas de Le Mans en manos de Bob Wollek, Allan McNish
y Yannick Dalmas, y un 550RS de los primeros modelos de los
cincuentas, el mismo que ganó la versión V de
la Panamericana en 1954 en la clase de autos Sport hasta litro
y medio de cilindrada, manejado por Hans Herrmann. Y unos
coleccionistas nacionales pusieron un Porsche 962, chasis
138 que solía ser del Team Lee David y corrió
el Mundial de Marcas en los años 80. Total cuatro autos
que no se ven muy frecuentemente en México, por no
decir nunca.
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El acceso
al Classic, que fue en el interior del óvalo del Hipódromo
de las Américas, fue excelente, suficiente espacio
para estacionarse y sin problemas de tránsito ni desplazamiento,
como sucede cuando se va a eventos similares de vintage en
Huixquilucan y en Xochitla. La verdad es necesario que la
capital cuente con un concurso de elegancia grande y respetable,
sin que tengas que desplazarte 50 kilómetros (desde
mi casa en Coyoacán) para verlo. Ahora habrá
que sugerir que lo programen en otra fecha ara que no coincida
con carreras internacionales.
Insisto, realmente el porsche de Pedro, glorioso en toda su
expresión, merecía más que una simple
exhibición antes dos o tres mil personas, pues en otras
ocasiones se ha hecho con un número cinco o seis veces
más grande, pero sin competencia y con mucha mayor
publicidad.
Lo más lamentable de todo es que la carrera de Champ
Car también fue extremadamente interesante, una clásica
con un duelazo entre Sebastien Bourdais y Justin Wilson, que
se definió en la última vuelta en un rebase
en el Recorte Rebaque, a menos de tres kilómetros de
la meta, con el francés batiendo al inglés.
Realmente, como dicen: ‘tanto pinole impide chiflar’.
Y les mando el comercial que repetí en las conferencias.
Ya viene el libro de los hermanos Rodríguez a partir
del 12 de diciembre, se conseguirá sólo en Sanborns
y son casi 600 páginas y más de 3000 fotos,
así que debe ser un agasajo para el aficionado al automovilismo.
Costará alrededor de 750 pesos y es una investigación
original mía, así que cómprenlo y me
escriben si encuentran algo relevante que añadir o,
por qué no, corregir.
© CEJV/SHRAC 2006
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