Se va
Schumacher. Creo que es la noticia que opaca todas las demás
de la semana, y aunque hay periódicos que prefieren
poner la victoria de algunos panboleros mediocres en su portada,
en otros vimos que si tienen idea de la trascendencia y el
alemán se llevó la cubierta. Cuando menos no
todos son idiotas o vendidos en la prensa mexicana (y sé
muy bien de lo que hablo, no va al aire, por si alguien se
ofende).
Nunca he sido Schumacherista, me disgusta su arrogancia y
su estilo tramposo, aunque reconozco que ni siquiera es premeditado,
pues es tan obvio al hacer sus tonterías que se vuelven
evidentes. No se trata de detallar todos sus males, que conocemos
ampliamente como aventarle el auto a Damon Hill para lograr
el campeonato mundial, aventarle el auto a Jacques Villeneuve
para intentar quitarle otro campeonato mundial, sus maniobras
de un movimiento en la arrancada aventando a sus rivales contra
la barda o frenándolos a forzar (la cual, por cierto,
ya es cosa común cuando debería ser penalizada
pues suficiente ventaja debería ser arrancar siete
metros adelante y en la línea limpia cuando estás
en la Posición de Privilegio), su trampa en los entrenamientos
de Mónaco este año para intentar conseguir al
PP, y todas las demás que permanecen ocultas o trata
uno de paliar para acordarse de los momentos memorables como
cuando sigue a un piloto durante vueltas y en cuanto el otro
entra a los fosos hace un par de vueltas impresionantes y
le quita la punta en su parada en los fosos, aunque esta haya
sido ligeramente más lenta que la del rival, como se
dio el domingo pasado en Monza en su victoria 90.
Y aunque yo soy de los proponentes, cada vez menos y más
viejos, de la teoría que Schumacher no es uno de leyenda
en materia histórica, principalmente por el hecho de
que no batió a otros grandes durante su trayecto, pues
tanto Piquet como Senna como Prost le tocaron de salida y
aún así lo hicieron ver su suerte, y Mika, Damon,
Alonso y Jacques no están a la altura todavía
de los 10 mejores del mundo, sí creo que el alemán
es uno de los mejores pilotos de la historia, y no podría
serlo de otra forma, pues 90 victorias no se dan en maceta.
De hecho tiene casi tantas victorias desde la PP como Senna
en su carrera, lo cual es de asombrarse. No hay contradicción,
es uno de los grandes, como dice Jo Ramírez, de los
seis de la historia (los otros según él, quien
algo sabe de esto, son Prost, Senna, Stewart, Fangio y Clark),
pero no es una leyenda y será un poco como Barry Bonds,
que podrá batir los récords, pero siempre quedará
la duda de qué hubiera pasado en condiciones normales
de competitividad. Digo, si Prost no hubiera tenido enfrente
a Senna, Piquet, Mansell y Lauda estaríamos hablando
de otras 30 victorias fácilmente, y lo mismo cuenta
para Senna o los mencionados. Es más, un Keke Rosberg
en un período como el de Schumacher hubiera obtenido
unas 40 victorias fácilmente, pues era un gran piloto
que tenía un estilo ideal para la ausencia de control
d tracción y más para su presencia pues era
pata a fondo y habría hecho maravillas con su control
del auto. Ese es el problema, que siempre te queda la idea
d a quién le ganó el ‘Schuminator’,
y la respuesta es a nadie tan bueno como él, lo cual
siempre se aplica en el caso de la grandeza que amerita el
mote de legendario, según yo.
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Ese es
su gran defecto, el otro de las trampas es más bien
una falla de carácter que se considera normal ahora
en estas épocas en que el deporte no es tan deporte
y sí comercio. Pero como dicen sus admiradores, no
es su culpa. Él le ganó al que se presentó,
y si no hubo mejores, pues lástima, él se batió
contra los que había y los hizo pedazos, de eso no
cabe duda. Y quizás habría que añadir
que nunca permitió que hubiera un coequipero de su
nivel (pero realmente no había pilotos de su nivel,
aunque hubiera sido interesante ver a Villeneuve en un Ferrari
o quizás a Mika), pero eso es error de su equipo, pues
McLaren o Williams nunca hubieran permitido semejante imposición.
Dios los crea y ellos se juntan y eso fue lo que sucedió
con Schumacher, Ross Brawn, Rory Byrne y Jean Todt, aunque
este último ya estaba en la Scuderia Ferrari cuando
llegaron los sajones. Y como los grupos con miembros de ideas
similares se radicalizan al interior, pues si había
algunos defectos de carácter, se acentuaron con la
unión.
Yo realmente lamento que no se haya quedado a correr con Kimi
de coequipero, quizás hubiéramos podido ver
la temporada perfecta que no se ha dado, cuando menos después
de 1952, cuando Ferrari ganó todo, pero en aquel entonces
la Indy 500 se contaba en el Mundial de F1, por lo que no
se considera temporada perfecta, pero es cuestión de
realidad y no de verdad. También hubiera sido interesante
ver a Michael romper el récord de más Grandes
Premios disputados y verlo retirarse cuando ya los leones
jóvenes lo hubieran quitado del trono, pero él,
como Jackie Stewart, supo el momento adecuado y se va en la
cima, pues realmente es el rey en la mente de los aficionados.
Se va con más victorias que Alonso en el año,
por el momento, y con su equipo en la punta. Si gana el campeonato,
creo que es lo más probable, y no solamente por su
habilidad, sino porque podrían darle una ayudadita
tras bambalinas, 2007 será otro año sin número
1; si no lo hace, pues se quedará con el siete mágico
y no volverá obsoletas las gorras con las siete estrellas
doradas.
Se extrañarán su grandes dotes de piloto, pero
no sus trampas; se lamentará la pérdida de un
gran competidor y quizás el piloto más dotado
de la historia gracias a su perfecto acondicionamiento, envidiado
por alguien como Lance Armstrong. Se extrañarán
muchas cosas del rey se va y habrá que celebrarlo como
tal, doblando las campanas. Esperemos que sea una salida digna
sin controversias ni regalos.
© CEJV/SHRAC 2006
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