El fin
de semana pasado se definió la serie Grand Am con las
9 Horas de Salt Lake City, en el Miller Motorsports Park,
en Utah. La serie comenzó su periplo 2006 en las 24
Horas de Daytona a finales de enero en el famoso circuito
mixto de las playas de Florida y el resultado del año
es satisfactorio para México, pero no es ideal y, una
vez más, las trampas han logrado hacer que un equipo
despoje a otro del título de pilotos, afectando en
el proceso a un piloto mexicano. Me explico:
El campeonato fue para Jorg Bergmeister, uno de los pilotos
apoyados por Porsche, quien ha sido prestado a diversos equipos
‘privados’ en sus batallas, y en este caso fue
mandado al Tracy Krohn Racing –el equipo de los autos
color verde-dáñame-la-retina– cuando el
equipo del millonario del mismo nombre requirió pilotos
de nivel para apoyar su campaña. Generalmente, como
se corre en parejas pues es una serie de carreras de resistencia,
debería haber un segundo piloto cocampeón, pero
en este caso el copiloto de Jorg fue Colin Braun, un chavito
gringo de 17 años, quien maneja bien pero por las anticuadas
reglas de algunos circuitos fue impedido de participar en
Watkins Glen y su temporada ya no tuvo los mismo puntos que
Bergmeister. Lo mismo les sucedía a los Rodríguez
en los años cincuenta, cuando algunos promotores gringos
les impedían participar en las carreras por el pretexto
de la edad, siendo que el auto realmente no se fija en la
edad sino en el manejo de quien lo conduce. Y Colin, a sus
17, es mucho más piloto que Krohn a su 50 y tantos.
El subcampeonato fue para Scott Pruett y Luis ‘Chapulín’
Díaz, por segundo año consecutivo, pero el campeonato
de equipos lo ganó el Ganassi Racing, de Luis y Scott,
mientras que el de motores lo ganó Lexus, la marca
del Ganassi Racing, y el de constructores (chasises) fue para
el Riley XI, el chasis del auto 01 del ‘Chapu’.
El equipo con mayor número de Posiciones de Privilegio
fue el de Chip Ganassi, además de obtener el mayor
número de victorias, seis, de las cuales cinco fueron
para la dupla Díaz-Pruett y la otra, en la apertura
en Daytona fue para la tercia de Scott Dixon, Dan Wheldon
y Casey Mears, pilotos de Ganassi en la IRL (los dos primeros)
y NASCAR (el tercero). No es necesario observar mucho más
para entender que el que dominó la temporada fue el
auto de Ganassi, pese a que durante la temporada empezó
con una desventaja de motores frente a los Pontiac, primero,
y los Porsche, después, misma que fue paliada con algún
desarrollo.
¿Entonces que pasó? ¿Por qué no
fue campeón el ‘Chapulín’? Pues,
igual que en 2005, hubo un par de resultados complejos de
demostrar, aunque la evidencia apunta que son fuera de reglamento
y éstos alteraron la calificación final. En
la carrera en Mid Ohio en junio, el auto del Chapu iba disputando
al punta y chocó, casualmente se dijo entonces, con
el Tracy Krohn, cuando lo iba a rebasar para ponerlo vueltas
atrás. Tracy ofreció disculpas, pero el
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caso
es que el otro auto de su equipo, el de Jorg y Colin, se fue
a la punta del campeonato porque el de Luis quedó clasificado
en el sitio 21, o sea que cedió 30 puntos en esa fecha.
Luego, en el Barber Motorsports Park, en Birmingham, Scott
iba peleando el quinto sitio en las últimas vueltas
y el auto de Krohn se le dejó ir en una frenada, reminiscente
de la que eliminó en 2005 al ‘Chapu’ en
Phoenix, pero aquella vez fue culpa de McDowell, quien no
tenía que ver en el campeonato. Lo raro es que el choque
del BMP fue en una frenada en la que Krohn no tenía
ni posibilidades de pasar ni iban disputando el lugar y simplemente
se vio que el auto se fue de frente y usó al de Pruett
como freno, sin que se bloquearan las llantas o hubiera indicios
de un problema. El incidente hizo que Scott terminara en décimo
y les costó bastantes puntos, otra vez. Y no son las
dos únicas instancias sospechosas, pues en Sears Point,
otra vez el auto de Krohn se detuvo en la recta, sin el más
mínimo intento de hacerse a un lado y dejar el paso
libre, provocando una bandera amarilla completa en el circuito,
misma que permitió que el auto de Jorg se repusiera
y recuperara algunos sitios; la falla de Krohn no ameritaba
precautoria total, y que fue tan tramposa como la detención
de Schumacher en las prácticas de Mónaco en
mayo. Y lo peor es que como son autos independientes, pueden
castigar al auto de Krohn, pero sus coequiperos se benefician,
y digo, el castigo ya lo lleva el mismo auto al ser pilotado
por un volante tan deficiente como Tracy, cuyo único
mérito es tener dinero, porque la velocidad no le alcanza.
Y ya no me meto a la barbaridad de considerar tres carreras
calificatorias de media hora a media temporada con los mismos
puntos que las reales, lo cual le quitó muchos puntos
al Ganassi Racing, pues se supone que eso afectó a
todos por igual, pero la Grand Am dió palos de ciego
y afectó a Luis.
No se trata de decir que nos robaron, pero es obvio que hubo
trampas de parte del equipo de Krohn, que con esto logra un
campeonato de pilotos aunque haya sido batido en todos los
rubros en el campeonato de la Grand Am por el de Ganassi.
Y lo lamentable es que Ganassi y su personal sean bastante
derechos a la hora de competir, sin recurrir a trampas pues
bien podrían haber puesto un segundo auto (el 02 que
ganó en Daytona) en todas las carreras y eliminar con
él a los demás contendientes al campeonato,
pero ese no es el estilo de ganar de la gente de Chip. Muchos
creen que ganar es lo único que importa y es un sentimiento
que se ha ido permeando en el deporte, quizás por el
efecto de las trampas de ‘Schumi’, o quizás
por que los estándares de competencia deportiva se
han relajado, pues vemos que en la F1 sucede, en la American
Le Mans le pegan a los de Audi con reglas cambiantes cada
carrera, en la Champ Car el manejo de Tracy es intocable pese
a todos sus desmanes y nada sucede. ¿Es eso deportivo?
No lo creo.
© CEJV/SHRAC 2006
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