La ceremonia del Norisring para Pedro

"Forever young …"
Bob Dylan

El mes pasado tuve (nótese el verbo) que ir a Europa a la conmemoración del 35 aniversario luctuoso de Pedro Rodríguez en el Norisring alemán, la cual había sido idea mía por parte de la Scuderia Hermanos Rodríguez A, C. La fundación familiar que promueve el automovilismo mexicano.
Como estaba allá, pues dejé de escribir un tiempo, también los lectores necesitan descanso, y aproveché para hacer cosas distintas a las usuales, aunque sin dejar de pensar e autos (casi) todo el tiempo, de lo que me llevó a Europa, de lo que significa ahora que viene el libro de los Rodríguez, que debe presentarse el 1 de noviembre en la ciudad de México, y del ambiente en general.

Lo interesante es que el proyecto de Pedro es que allá nadie te cuestiona, simplemente te dicen, si les gusta o no la idea y lo hacen, o no, según sea su respuesta. Cuando lo planteamos, el poner una placa conmemorativa en el sitio en donde chocó hace 35 años, el alcalde de Nuremberg, el Dr. Ulrich Maly, me contactó para decir que iba a promover el asunto ante el consejo municipal y que esperaba una respuesta favorable. El alcalde, no el segundo secretario del asistente del secretario auxiliar del secretario de acuerdos de la secretaría particular de la alcaldía, como hubiera sucedido en México (y me consta, por eso ya no trabajo en el gobierno, pues no aguanto mucho a los idiotas que pululan en él).

Total que pensamos que se podía incluir en el paquete a la selección nacional que iba a debutar precisamente en Nuremberg en su participación del Mundial 2006 en Alemania y lo planteamos, con una cogida favorable en un principio, aunque luego, las instrucciones de Lavolpe de desconcentrar a su equipo pesaron más y ya no se les pudo tener d testigos. Y todo para que los panboleros salieran con su batea de babas de siempre, eliminados en el cuarto partido, porque ese es su nivel. Yo les decía que ir a testificar un homenaje a un mexicano triunfador en Alemania podía ser algo que los inspirara, pero Lavolpe no sabe más que de panbol, y creo que tampoco mucho pues su mediocridad ha sido eterna (tercer portero de la selección, nunca jugó en Mundial, un campeonato en 25 años y dirigiendo al alimón con Puente, etc.), y no quería distracciones para su mediocre equipo. No se pudo hacer, pese a que la gente de selecciones quería una comisión en la que fueran algunos jugadores, unos directivos y demás, pero preferimos no hacerlo a medias y se desinvitó al embajador, quien ya estaba puesto para darán discurso y pasamos el homenaje para el fin de semana del DTM, el campeonato de turismos más importante del mundo (sobre el WTCC, chequen los autos), el 21 de julio.

Total que el día señalado, al acabar las prácticas libres del DTM, se hizo la ceremonia con el presidente de la SHRAC, Miguel Ángel Quintana, quien fuera campeón de vintage hace unos años, y las autoridades de Nuremberg en pleno, incluyendo a cuatro de los consejeros municipales (que son como los delegados de acá), y a la gente del MotorSport Club Nürnberg, el club local de autos afiliado a la ADAC, uno de los más antiguos de Alemania, encabezados por Gernot Leistner, quien era el promotor cuando Pedro corrió en 1970 y 1971. De parte del DTM, pedimos y obtuvimos que Audi mandara como representante al gran piloto Heinz Harald Frentzen, quien además de hablar español, es un digno representante de lo mejor de la serie y el país. Hubo representantes de diversas cadenas de televisión, como RTL, y las estaciones locales, además de los principales medios, incluyendo a Autosport, que cubrió con un enviado al DTM desde Inglaterra el evento. Sin embargo, los medios mexicanos, muy gastados después de haber mantenido durante meses a sus enviados en Alemania, pues no pudieron mandar gente, excepto aquellos en los que escribo yo (obvio).

 

La ceremonia tuvo unos dos centenares de asistentes, entre comisarios y bandereros, quienes hicieron una guardia de honor, pilotos y aficionados. Algunos más se excusaron por el calor (38° a la sombra), pero la ceremonia fue bastante lucida, y la compañía italiana Brumm de carritos a escala lanzó un modelo conmemorativo del Ferrari 512M de Pedro, una edición limitada de 1000 piezas, que se está agotando en Europa. Ahí estuvo su director general, y las primeras muestras se dieron a las personalidades presentes, y yo me quedé la muestra de las fotos, la que me autografiaron los de los discursos y HH. Bueno, algo tenía que quedarme de recuerdo.

Lo que me caló hondo es que haya tanta gente que te pregunta de Pedro, que lo recuerda y lo quiere y en México muchos creen que era el dueño del autódromo con su hermano, pero no hay mucho que hacer cuando la cultura (o más bien incultura) panbolera es la que rige nuestro país. El fin de semana platicaba con Niki Lauda y me habló muy bien de Pedro, de cómo lo ayudó en 1970, pues el austriaco era un novato y el mexicano, sin pretensiones de estrella como esos que patean las pelotas ajenas en la cancha, le marcó la pauta. Y toda la organización fue eficiente, efectiva y sin pretextos, la gente llegó cuando tenía que llegar, el equipo estuvo bien, no hubo necesidad de ‘lobos’ o ‘guaruras’ descerebrados para resguardar a HH o a los funcionarios. El encargado municipal de deportes no quiso dar discursos ni meterse, simplemente tomó su sitio entre los aficionados y ahí vio el desarrollo, no como los funcionarios mexicanos que aprovechan para subirse por decenas al estrado a colgarse medallitas. La prensa no pido recuerditos, cumplió su trabajo y pasó sus reportes, que aparecieron en los días siguientes. Reitero, de primer mundo: con gente de primera y acto de primera, para un piloto de primera: Pedro Rodríguez. ¿Y en México cuando? Cuando seamos de primera.

© CEJV/SHRAC 2006