Me gustan
estas historias de tecnología hermana enfrentada. El
prototipo Audi R10 diesel, ganador de las 24 Horas de Le Mans
en 2006, se enfrentó a un Harrier de la RAF británica,
en una réplica de la batalla de Ferrari contra un caza
italiano F107 hace algún tiempo, u otras batallas de
F1 contra aviones, como la de Gilles Villeneuve contra un
F15 de la marina canadiense. Y en ambas ganaron los F1 en
los 402 metros del cuarto de milla, pero perdieron en el kilómetro.
Frente a una multitud de más de 5,000 aficionados,
el prototipo clase LMP1 Audi R10 con motor diesel, ganador
de las 12 Horas de Sebring y las 24 Horas de Le Mans en la
temporada 2006, misma en la que debutó en las pistas
del mundo, se enfrentó a su enemigo más difícil:
un avión de propulsión a chorro Harrier, de
los que pueden elevarse tanto vertical como horizontalmente
en un arrancón de un kilómetro en la base aérea
de Wittering, en Inglaterra.
El objetivo de Audi al construir el R10 era demostrar, nuevamente,
el gran desempeño que puede alcanzar un motor moderno
de tipo diesel; aprovechando su estancia en las islas británicas
para dar una demostración en el ‘Festival de
la Velocidad’ de Goodwood, uno de los eventos clásicos
de automovilismo que reúne autos desde vintage hasta
algunos que compiten actualmente en las pistas, la Real Fuerza
Aérea (RAF) mostró interés en enfrentar
al auto con su caza de combate dotado de una turbina que desplaza
15,000 caballos de fuerza.
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Audi
aceptó y la cita se dio a principios de julio en Wittering,
usando las pistas paralelas de aterrizaje que tiene la base
inglesa. El R10 TDI estuvo manejado por el escocés
Allan McNish, uno de los ganadores de Le Mans y ex piloto
de Fórmula Uno, quien dispuso de un auto virtualmente
sin cambios respecto al que maneja en la pista, incluyendo
los 650 caballos de fuerza. Pero no lo dejaron quitarle los
alerones traseros, lo cual hubiera permitido un arrancón
más rápido al Audi.
Pese a que el prototipo Audi está diseñado para
arrancar las carreras en movimiento, no para una salida lanzada
desde cero, el revolucionario motor diesel que lo propulsa,
con un par motor de casi 1000 libras/pie, fue más rápido
que su contrincante y lideró desde el principio de
la batalla. Cuando casi llegaban al kilómetro el Harrier
GR7, dirigido por su piloto, capitán Peter Keenlyside,
tomó el mando y pudo batir al prototipo, literalmente
por una nariz, antes de emprender el vuelo ante el beneplácito
de la jerarquía militar presente. De hecho el arrancón
de cuarto de milla y también el de media milla los
ganó el prototipo.
Al terminar el duelo, McNish declaró: "Esencialmente
fue una carrera de diversión, pero cuando un piloto
de carreras y uno de combate se juntan pronto se vuelve serio
el asunto. Quedar tan cerca de batir a un caza de combate
Harrier fue un logro tremendo para el poder del motor Audi
TDI –especialmente cuando uno considera que el R10 no
fue modificado para esta ‘carrera’”.
© CEJV/SHRAC 2006
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