Desde el jueves que salimos a la pista, en Irlanda, me sentía confiado en que podía estar competitivo, y así fue todo el fin de semana, pues siempre me coloqué dentro de los seis mejores registros.

Lo mismo pasó en las calificaciones y hasta puse la bandera de México en la tercera posición. Todo esto fue el domingo antes de la primera carrera, que cuando llegó yo sabía que tenía coche para lograr mi primer podio del año, pero todo acabó antes de cerrar la primera vuelta de la carrera, pues me impactaron por mi lado izquierdo y salí de la pista alejándome de toda posibilidad de lograr mi podio. Fue frustrante, porque después de que salí de el coche y escuche a la gente aplaudir, me acordé del sacrificio y lo difícil que es para mi estar acá en Inglaterra. Entre coraje y desilusión me salieron un par de lagrimas, que nadie notó, pero yo sabía que mi coraje lo iba a sacar en la segunda carrera.

Y así fue, desde la arrancada desde la ultima posición por el abandono anterior, sólo pasaba por mi mente y mi sangre el coraje y las ganas de demostrar de qué somos capaces los mexicanos. En la arrancada saqué la espina clavada y aunque las condiciones de la pista no eran las más adecuadas para arriesgar como lo estaba haciendo, mis ganas de terminar dentro de los tres primeros lugares me hacían empujar muy fuerte, lo cual me llevó a cometer un error cuando me encontraba peleando la tercera posición con Charlie Donnelly. Esforzando mi auto al máximo y llegando a una curva muy lenta "me aventé con todo" para lograr pasar al tercero, y termine bloqueando mis neumáticos delanteros, lo que me ocasiono no alcanzar a dar vuelta para entrar a la curva y tuve que salir de la pista.

Con ese despiste me deslicé hasta la séptima posición, y no me alcanzó el tiempo para regresar a donde era mi meta y me tuve que conformar con el cuarto sitio.