En un rally no existe ni el pasado ni el futuro es el aquí y el ahora, tu sabes después de entrenar dos días antes del evento y tratar de perfeccionar tu levantamiento ( curvas por grados, rectas, pasos con grava ) llega aquel momento tan esperado, la hora de arranque del rally, los nervios de punta hasta que recibes el banderazo de salida, sientes cómo corre la adrenalina por tu cuerpo y esa pasión por la velocidad que te invade creando esa gran adicción a las emociones fuertes pero eso es el comienzo, llegas al primer tramo cronometrado y ese, ese es el momento, el aquí y el ahora, no hay más tu mente, se transforma y tus sentidos al dos mil por ciento, esperas el conteo regresivo cinco, cuatro; sientes como por tus venas corre la adrenalina, tres, dos uno cero y el acelerador de tu piloto a fondo queriendo arrancar el

pavimento, no hay atraso, indicas curva por curva, en cuestión de segundos quieres romper todas esas leyes físicas como si quisieras viajar a la velocidad.